El desarrollo de las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas de Marruecos requiere del trabajo conjunto del sector público y privado con los agricultores para integrarlos en la dinámica de cambio prevista por el Gobierno, afirmó ayer el ministro de Agricultura, Aziz Akhannouch.
«La implicación de los agricultores en la dinámica del sector emana de una redefinición del papel del Estado sobre la base de nuevas relaciones con los actores y productores, que deben tomar la iniciativa y acceder a las innovaciones, a la financiación y a los mercados», apuntó Akhannouch.
La necesidad de que los trabajadores del campo tengan conocimiento de las políticas y facilidades que tienen a su disposición para poder sacarles el máximo rendimiento fue precisamente uno de los puntos en los que más se incidió durante la reunión del Consejo General del Desarrollo Agrícola (CDGA).
En la sexta edición de su seminario institucional, organizado en torno al futuro de las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas, se recordó que éstas representan el 57 por ciento de las explotaciones del país, el 70 por ciento de la superficie agrícola útil (SAU) y el 64 por ciento de la SAU de irrigación.
Su celebración coincidió este año en la voluntad de las autoridades de elaborar un estudio estratégico sobre la agricultura con el que «definir nuevas opciones e insuflar verdadero dinamismo al sector», análisis para el cual el Fondo Hassan II ha reservado 25 millones de dirhams (unos 2,2 millones de euros).
El consultor del CGDA Mohamed Moussaoui recordó que las pequeñas y medianas explotaciones son más vulnerables que las grandes a los cambios climáticos y de los precios de mercado, así como su menor poder de negociación y su menor representatividad en las políticas agrícolas.
Los ponentes reiteraron por ello la necesidad de tener en cuenta las especificidades de ese tipo de plantaciones, de insistir en la mejora de sus infraestructuras y de potenciarlas con la colaboración de instituciones públicas y privadas y programas de inversión.