Brasil lleva trabajando varios años en ampliar sus fronteras fuera de Europa, ya que el destino UE está bastante maduro y las futuras ampliaciones pasan por los nichos asiáticos.
Malasia es uno de los objetivos y por este motivo, los inspectores malayos se encuentran en Brasil durante la presente semana para realizar las inspecciones en Rio Grande do Sul para ver las manzanas y pasarán más tarde a Rio Grande do Norte para ver los últimos cultivos de melón.
El colectivo de productores y exportadores de Brasil –Abrafrutas– sigue de cerca esta misión, que tiene como objetivo que Malasia de el visto bueno a las exportaciones de melón y manzana.
El técnico de Abrafrutas, Víctor Mendes, desvela que las visitas a las áreas de producción, reafirma el compromiso del colectivo de apoyar estas iniciativas en busca de mercados alternativos.
El Gobierno y los empresarios brasileños han apostado por Malasia por su crecimiento económico, que recogió una tasa del 8,7 por ciento durante 2023, ubicándose como vigésimo mayor índice mundial. Y es que según ApexBrasil, Malasia se convertirá en 2027 en un país de altos ingresos, combinado con el crecimiento demográfico y el énfasis en el comercio internacional, «con oportunidades prometedoras para los exportadores de alimentos, ya que Malasia es un importador neto de productos alimenticios», según la comunicación de Abrafrutas.