Tras años de trabajo en los que contaron con el apoyo de la Cooperativa Eina y voluntarios, el primer resultado se obtuvo en 2014 con el impulso del huerto ecológico comunitario que está gestionado por los vecinos del barrio en situación de paro o en riesgo de exclusión social.
Este proyecto está aportando alimentos ecológicos a muchas familias del barrio y de fuera y, asimismo, está generando un nuevo conocimiento y relaciones entre las personas implicadas, así como la posibilidad de fomentar su inserción laboral.
Conscientes de los beneficios que está aportando el huerto ecológico a la comunidad, los vecinos están ahora dando un nuevo impulso para que aporte más recursos a través de la venta de sus productos, más allá de permitir la subsistencia de los vecinos de Montserrat.