El interés por los terrenos de regadío, responsables del 65 % de la producción agrícola, y la inversión en energías renovables definirán el mercado de las fincas rústicas en 2025, según ha revelado la consultora Gesvalt.
La compañía prevé un mercado «activo», aunque con crecimiento «moderado» debido a la coyuntura económica y los efectos de eventos climáticos extremos en un contexto en el que la evolución de la guerra arancelaria «genera una alta incertidumbre» en el sector, han añadido en un comunicado.
Según sus previsiones, la demanda de terrenos de regadío seguirá al alza, impulsada por las plantaciones de cultivos leñosos como el pistacho, el aguacate, la almendra, el olivar, los cítricos o los viñedos.
Asimismo, otro factor determinante en 2025, a su juicio, será el crecimiento de la inversión en energías renovables, que ya en 2023, la superficie ocupada por parques solares alcanzó las 50.000 hectáreas lo que equivale al 0,2 % de la superficie agraria útil del país, han precisado.
La consultora estima que esta cifra siga en ascenso, impulsada por la necesidad de diversificar las fuentes de energía y cumplir con los objetivos de sostenibilidad.
Por otro lado, para este 2025 también prevén una mayor profesionalización del mercado con la incorporación de agencias inmobiliarias especializadas en el sector agrícola, «facilitando la interacción entre vendedores y compradores de fincas rústicas».