Las consecuencias del frío ya se hacen llegar en los precios motivadas por los problemas climatológicos en Italia y en Marruecos. La inflación es una realidad y varios operadores holandeses y franceses han visto como comprar berenjena y calabacín suponía un coste de 20 euros por un bulto de cinco kilos.
«No es una situación fácil ya que los clientes necesitan un mínimo de producto para sus tiendas y todos estamos buscando partidas cuando no hay», señalan desde HillFresh.
Los programas con las cadenas están totalmente abiertos y «los supermercados se están viendo obligados a diseñar sus lineales sin la mercancía a la que están acostumbrados, ya que hay un desabastecimiento total en los mercados», apunta un portavoz de The Greenery.
Hay mucho enfado en el mercado, ya que además del calabacín y la berenjena, otros productos más básicos alcanzan precios desconocidos: El tomate rama y la lechuga iceberg por encima de los 18 euros o la coliflor a un precio de 15 euros.