Las fuentes consultadas señalan que no es que la compañía alemana esté comprándoles las clementinas por debajo de coste (aunque tampoco a un precio extraordinario), sino que el principal perjuicio es la “reacción en cadena” que provoca en el resto de la gran distribución europea, que “también nos presiona”, publica elperiodicomediterraneo.com.
Esta es precisamente una de las quejas que la Unió de Llauradors i Ramaders i AVA-Asaja ha expresado en los últimos días, junto con el hecho de que el consumidor final se acostumbra a comprar naranjas y clementinas muy baratas y luego le cuesta pagar un precio justo por estos productos.
“Venden por debajo del precio de coste y esto arrastra a las demás cadenas”, señala un empresario citrícola castellonense a este diario. De esta manera, las otras grandes compañías de supermercados quieren llegar a unos precios de venta iguales o parecidos y, con unos márgenes más altos (Lidl vende las clementinas a pérdidas y utiliza este producto como reclamo para los clientes), presionan a las firmas para rebajar sus precios de venta, ya de por sí extremadamente ajustados.
Y es que Lidl “marca unos precios del mercado que no son los que deberían ser”, señala un empresario provincial. Y lo malo es que, el resto de cadenas, también quiere llegar a los mismos precios “y a veces lo consiguen”, apunta.Esto es especialmente perjudicial justo en el inicio de la campaña, donde ya se está marcando la pauta que deben seguir las cotizaciones de las naranjas y las clementinas en los próximos meses (y que por el momento no están funcionando nada mal, ya que, según el Consulado de Cítricos de la Lonja de Valencia, los de la clemenules y orogrande han aumentado en esta semana).
Ante todo ello, los empresarios no creen que sean demasiado efectivas las quejas de los agricultores, a no ser que deriven en un boicot por parte de la ciudadanía a comprar en esta cadena.
