Según este informe, los países del sur y este de Europa son los más preocupados por contaminaciones y migraciones químicas procedente del envase (un 75 por ciento en el caso de España), y por la manipulación fraudulenta de alimentos (el 79 por ciento en nuestro país).
En Alemania, el vidrio es percibido como el material de envasado más seguro (64 por ciento), mientras que en Reino Unido ofrece las cifras más bajas (38 por ciento), incluso por debajo de España (45 por ciento).
Según el estudio, ocho de cada diez consumidores considera que las interacciones químicas del envasado conllevan riesgos para la salud de las personas.
Los europeos se muestran especialmente preocupados respecto al impacto que tienen los envases de plástico y metal sobre su contenido alimenticio.
En este sentido, al 60 por ciento les inquieta el impacto de los envases de plástico en bebidas y alimentos; al 47 por ciento, el de las latas de conserva; al 40 por ciento, el de "bag in box" (bolsas de plástico dentro de una caja); al 29 por ciento, el del brick; y al 8 por ciento, el del vidrio.
El experto en toxicología y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública por la Universidad Autónoma de Barcelona Miguel Porta, ha declarado que el estudio demuestra la coherencia de la percepción de los consumidores favorables al vidrio con los conocimientos científicos actuales.
Ha alertado, durante su intervención en la presentación del estudio, de los peligros del bisfenol A, que contienen muchos envases de plástico, que -sometidos a situaciones de estrés, como es el calor de los microondas- "liberan sustancias perjudiciales para la salud".
Precisamente la salud es, según este informe, uno de los incentivos a la hora de elegir envases de vidrio para el 61 por ciento de los consumidores europeos, cifra superior a la hace cuatro años, cuando el dato se situaba en el 48 por ciento.
Entre las tres primeras razones del consumidor para utilizar vidrio, según este estudio europeo realizado a más de 8.000 ciudadanos, aparece en un 61 por ciento el hecho que sea un material de envasado saludable; en un 55 por ciento, que conserva mejor el sabor; y en un 51 por ciento, que es un material de envasado menos dañino para el contenido (51 por ciento).



















