El 31% de los consumidores se quejó de que las indicaciones sean poco transparentes, confusas y sobrecargadas de información.
Según resulta de la citada encuesta, a la hora de la compra, los consumidores alemanes se fijan, sobre todo, en la fecha de caducidad y en el precio del producto. También se tienen muy en cuenta las indicaciones sobre los aditivos y las informaciones sobre el origen regional. El BMELV indica que se le da mucho menos importancia, sin embargo, a la producción ecológica y a las indicaciones sobre el contenido en calorías y sustancias nutritivas, así como a los posibles efectos del alimento sobre la salud.
El 53% de los consumidores alemanes consideran que, en general, las listas de los ingredientes son claras y comprensibles. Sin embargo, una gran parte de las personas de edad avanzada tienen problemas considerables para comprender estas listas; así, un 36% de este grupo de personas señaló que les molesta que en muchos casos los alimentos no cumplan lo que prometen las indicaciones del envase.
El 60% de los consumidores alemanes encuestados sabía que la regulación del etiquetado de los alimentos es competencia de la Unión Europea, el 21% creía que pertenecía al ámbito competencial de la Federación alemana y un
11% declaró que los responsables eran los Estados federados.





















