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Agrónomos de Phytoma hablan sólo de medidas culturales frente al Rugoso

El agrónomo Dirk Janssen recuerda que la horticultura está ante la necesidad de abrir una nueva etapa en materia de limpieza

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El virus del Rugoso del Tomate (ToBRFV) no tiene por ahora salida médica y habrá que recurrir a las medidas culturales más habituales para paralizar la agresividad vírica que transmite el nuevo problema para la horticultura mundial.

El investigador del Instituto Ifapa en La Mojonera (Almería) desveló en una mesa redonda que compartió con los agrónomos Antonio Izquierdo, Vicente Pallas y Salvatore Walter, que «la horticultura española está ante el nuevo reto de mejorar la limpieza y la sanidad de sus instalaciones para combatir el virus del Rugoso en tomate».

No hay otra vinieron a decir los otros, que no avecinan una solución hasta pasados ocho años por parte de un paquete de resistencias. «Cualquier empresa que diga tener una solución ahora está faltando a la verdad», señaló Vicente Pallas, presidente de la Sociedad Española de Fitopatología.

Si existen reseñas históricas de un virus similar que afecta a las cucurbitáceas y sobre esta línea se han puesto los investigadores a trabajar, desveló Janssen, pero «estamos ante los inicios de una línea de investigación». Pero lo más llamativo de la entrada de esta virosis es que «haya tardado tanto en entrar en Almería, lo que se demuestra que se hacen las cosas bien en la horticultura almeriense y del sureste español», señaló Janssen.

El virus del Rugoso del tomate ha sido descubierto en Almería hace tres semanas en tres invernaderos ubicados en Vícar y en La Mojonera. La dirección general de Sanidad Vegetal de la Consejería de Agricultura está llevando directamente el tema y no ha transcendido aún a otros departamentos ni a la delegación provincial de Almería.