Esta compañía sin ánimo de lucro organiza la recogida de envases fitosanitarios para su posterior reciclado, pero solo está autorizada por la normativa a recoger los envases identificados y adheridos al sistema.
Pastor explica que, en 2014, han sido "más estrictos" con los envases que recogen, por lo que pese a que ha aumentado el número de puntos autorizados para depositarlos y el número de recogidas, en esta campaña ha caído el volumen de kilos y el porcentaje en cuanto al total, pasando del 62 por ciento de 2013 al 57 por ciento.
En 2014, Sigfito ha efectuado 7.000 recogidas de envases en 3.537 puntos; en torno al 94 por ciento de los residuos tanto de metal como o plástico se recicla y el 6 por ciento se destina a obtener energía, por lo que se "valoriza el 100 por ciento", precisa.
"No nos preocupa tanto la cantidad como lo que ocurre con los que no se recogen", resalta la directora general de Sigfito, quien prevé que en el plazo de dos o tres años la entidad llegue a reciclar siete de cada diez envases fitosanitarios.
En su opinión, una envase "tirado en un cuneta o en un río es un atentado medioambiental".
Para mejorar estos índices, Sigfito invierte en campañas de información y tiene una estrecha relación con las organizaciones de productores agrarios y las cooperativas agro-alimentarias.
Pastor recuerda que los agricultores tienen la obligación legal de deshacerse correctamente de sus envases y que Sigfito facilita su recogida, transporte y tratamiento.
Señala que los productores agrícolas que llevan los envases son los que "están preocupados por demostrarlo", esto es, porque necesitan la certificación para cumplir con la normativa o para poder vender en el extranjero, si bien "la conciencia medioambiental" como motivo para promover el reciclado "va aumentado".
Sigfito necesita, para trabajar en las diferentes comunidades autónomas, una autorización de cada gobierno autonómico; en estos, momentos está implantada en todas las regiones.
En este sentido, Pastor pide a las autonomías que regulen de una manera "coherente" con el resto de los países del entorno y las diferentes comunidades: "No puede ser" que un mismo envase tenga un tratamiento distinto en función de dónde se utilice.
Pastor también alerta sobre el peligro que supone el almacenamiento "doméstico" de envases que se deriva de actuaciones como recogidas de tapones con fines solidarios que se organizan en colegios y otras instituciones.
"El riesgo es poco en las ciudades, pero si se hace en territorios más rurales, cabe la posibilidad de que aparezcan tapones de envases que han contenido fertilizantes, fitosanitarios o productos peligroso", indica.
El principal inconveniente es que al separar la botella del envase no sabes lo que ha contenido, por lo que desde Sigfito se ha instado a que la administración regule también este tipo de recogidas.
"Puede ser muy peligroso", insiste, pues el almacenamiento de botes de plaguicidas ya ha provocado accidentes como el que costó la vida a una familia en Alcalá de Guadaira (Sevilla) el verano año.