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Los agricultores piden garantías para producir y vender sus propias semillas

Agricultores, ONGs, movimientos de soberanía alimentaria y asociaciones ecologistas han reivindicado políticas públicas que defiendan la biodiversidad de las semillas y el patrimonio fitogenético frente a la uniformización y el uso que las grandes compañías hacen de ellas como negocio.

Los expertos internacionales reunidos en un seminario organizado por COAG y la Red de Semillas, han reclamado políticas integrales que reconozcan los derechos de los agricultores a producir, intercambiar y vender sus propias semillas, y el desarrollo de estrategias para conservarlas en las fincas del agricultor como factor de diversidad y de patrimonio económico.

Con ello, en su opinión, se incentivaría la calidad de las semillas por encima de la productividad, las variedades locales más nutritivas, sabrosas, sostenibles y hasta resistentes al cambio climático.

En el encuentro, han recordado que actualmente no se utilizan más de 150 especies en la agricultura y se desechan cientos de miles de variedades tradicionales, bien adaptadas.

Las variedades heterogéneas locales se han sustituido por otras idénticas en todo el mundo, ha afirmado el experto en recursos fitogenéticos José Esquinas, tras detallar que entre el 80 y el 95 por ciento de la diversidad de algunos cultivos que existían a principios del siglo XX se ha perdido, lo que entraña en su opinión un problema de "vulnerabilidad".

Han analizado, además, el proyecto de Real Decreto por el que se aprueba el reglamento del Programa Nacional de Conservación y Utilización Sostenible de los Recursos Fitogenéticos para la agricultura y la alimentación, presentado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en julio, pendiente de su publicación.

El subdirector general de Medios de Producción Agrícolas y Oficina Española de Variedades Vegetales del Ministerio, Jesús Oviedo, ha avanzado que el futuro Real Decreto -ahora en Consejo de Estado- incluirá una ayuda directa para los agricultores que conserven "in situ" variedades tradicionales o locales.

"Intentaremos que esa conservación pueda seguir haciéndose por el agricultor y también las comunidades autónomas podrán participar" en la dotación de este tipo de ayudas, ha señalado.

Oviedo ha insistido en que la Oficina apuesta por la protección de las variedades de semillas, de acuerdo con las normativas y directivas comunitarias vigentes.

Ha destacado el poder que tienen los consumidores pues con su opción de compra puede contribuir al desarrollo del sector.

El responsable técnico de semillas de COAG, Carlos Mateos, ha considerado que en el mundo de las semillas hay una concentración "brutal" de las empresas que dominan la comercialización y, por tanto, "grandes intereses económicos" que acaparan el negocio.

"El poder del lobby semillero" no permite, a su juicio, que se fomenten las semillas locales, muchas de ellas con gran potencial organoléptico, por lo que los agricultores dependen ahora de las corporaciones semilleras para adquirirlas, a un alto precio, lo que compromete en muchos casos la rentabilidad de la explotación, ha añadido.

"Pedimos al nuevo Gobierno que tenga mayor consideración con la conservación in situ, en el campo, de las semillas; que se saquen de los centros de conservación y se pongan en manos de los agricultores", ha asegurado.

La portavoz de la Red de Semillas "Resembrando e Intercambiando", María Carrascosa, ha exigido un reglamento técnico que recoja los derechos de los productores, que se proteja la conservación de semillas locales y que se eliminen las restricciones actuales al intercambio y venta entre los agricultores.

Para Carrascosa, "nada se haya hecho" desde la Administración para fomentar microempresas que produzcan semillas locales y su comercialización en España.

No hay protocolos desde la Administración para fomentar el acceso a los Bancos de germoplasma como "reservorios" de biodiversidad, centros que se enfrentan a problemas de financiación, ha afirmado, tras alertar sobre la "biopiratería" -empresas que se apropian de variedades y denominaciones- y sobre el riesgo de contaminación de semillas por otras transgénicas.