Las pequeñas tiendas de alimentación viven días duros por la competencia de las grandes superficies y cambios sociales en la forma de adquirir los productos, pero en muchos barrios siguen siendo sinónimo de comunidad y lazos a los que aferrarse.
Este sábado se celebra el Día del comercio local, aunque es un concepto que Fredy Alonso Pérez reivindica a diario con el servicio que presta en su frutería desde hace 18 años, en Bilbao.
«Procuramos tener de todo, porque los supermercados quedan lejos a la gente del barrio, la mayoría mayor», explica Pérez, quien dice conocer «prácticamente a todos los clientes», a muchos de los cuales atiende por teléfono y les acerca la compra a domicilio «porque saben lo que uno les lleva».
El dueño de la frutería Los Cuñados explica a Efeagro que trabaja con marcas líderes en alimentación, pues «la gente se casa con una marca y con eso se queda ya».
En su local vende frutas y verduras, lácteos, pan y conservas, ya que «para subsistir hay que meter otras cosas» y pensar en esos clientes de más edad que no pueden desplazarse a tantos sitios.
Frente a la presión de las grandes cadenas de distribución y la compra por internet, Pérez anima a los jóvenes a apostar por el comercio de proximidad y su «género de calidad», aunque sea más caro.
Al servicio del cliente local
Soledad Navidades, comercial de Pascual en esa zona desde hace más de diez años, confiesa que está «enganchada» a su trabajo, sobre todo a interactuar con sus clientes, entre ellos pequeñas tiendas y bares locales.
Con una experiencia de 24 años en la compañía, se dedica a dar a conocer los nuevos productos y promociones, ayudando en temas de alimentación y hasta de decoración.
«Les digo lo que lleva gluten o lo que son los alérgenos», apunta Navidades, quien asegura que cada vez hay menos comerciales de visita para explicar el producto y el pequeño comercio necesita informarse para atender a quienes tienen «necesidades muy específicas».
Desde la compañía, según comenta, se van adaptando al mercado y actualizan sus productos «a menudo» con innovaciones.
En su opinión, las tiendas de barrio «están más al servicio del cliente y ofrecen un trato mucho más personal»; su futuro está «en mantener la cercanía con los vecinos», ofreciéndoles la calidad de las primeras marcas.
También en Bilbao, el dueño de Alimentación Wonca, Ivo Donev, optó hace ocho años por abrir un negocio que diera servicio todos los días a quienes necesitaban comprar en un horario ampliado.
La pandemia fue la oportunidad de ganar más clientela: se quedó solo en la zona y comenzó a introducir más productos -ahora tiene 3.500-, incluidos café y tabaco.
«El vínculo con el barrio se crea siendo amable, saliendo del mostrador y estando atento a la persona», sintetiza Donev, quien no duda en dar a probar los nuevos productos antes de decidir si quedarse con ellos o no.
Un comercio amenazado
Según un informe de la patronal Asedas, en 2024 había en España 25.585 unidades de superficies comerciales, de las que más de la mitad eran tiendas de proximidad y conveniencia.
La cobertura se mantiene estable, con unos 3.500 municipios donde hay al menos una tienda para hacer una compra alimentaria completa, y se da servicio al 96,8 % de la población.
Fuentes de la Confederación Española de Comercio (CEC) sostienen que el comercio alimentario de proximidad atraviesa «un momento complejo», marcado por la fuerte competencia y la necesidad de adaptarse a un entorno en rápida transformación.
Subrayan que esos establecimientos, «pieza clave de la vida en los barrios y de la cohesión social», afrontan mayores costes, la falta de relevo, dificultades para financiarse y el impacto de nuevas formas de consumo y distribución.
Pese a ello, se trata -según la CEC- «del modelo de distribución más sostenible: promueve un consumo responsable y consciente, prioriza productos frescos y de temporada; y favorece las cadenas cortas de suministro que reducen transporte, emisiones y desperdicio alimentario».
La confederación reclama incentivos a la eficiencia energética y la digitalización, formación, apoyo a la colaboración con productores locales, y mejoras logísticas, entre otras acciones.
Crónica. EFERAGRO

























