Según ha informado la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural, esta decisión se ha tomado principalmente porque la evolución de la enfermedad hace inviable asumir el importe de las indemnizaciones a los afectados.
El director general de Agricultura y Ganadería, Miquel Molins, acompañado del director de los Servicios Territoriales del Departamento en Lleida, Jaume Fabà, presidió el viernes por la mañana la reunión del Grupo de Trabajo del Fuego Bacteriano, que ha contado como invitado con la presencia del experto de reconocido prestigio en el estudio del fuego bacteriano, el doctor Emili Montesinos, de la Universitat de Girona.
Molins ha explicado que desde el DAAM se ha hecho en todo momento un gran esfuerzo en la difusión de las medidas preventivas a implementar y en la sintomatología de la enfermedad para que los propios agricultores puedan detectarla fácilmente y se pueda comunicar lo más rápidamente posible a la Administración cualquier sospecha.
Pese a ello, ha señalado que la lucha contra el fuego bacteriano "representa un esfuerzo muy considerable en recursos destinados a la prospección de las plantaciones frutales y a las consiguientes indemnizaciones de las plantaciones afectadas, donde ha habido que arrancar y destruir los árboles".
Aunque ha explicado que ese esfuerzo "ha permitido hasta el momento mantener Cataluña como zona protegida, a pesar de estar rodeados otras zonas productoras que ya conviven con la enfermedad".
Por su parte, el doctor Emili Montesinos ha expuesto que en la vista de la evolución de la enfermedad y del estado de la situación del fuego bacteriano en Cataluña, es inviable mantener Lleida dentro de la zona protegida.
Así, esta zona pasará a la convivencia activa con la enfermedad, si bien se mantendrá todas las estrategias de prevención y lucha para minimizar el impacto, ya que se potenciarán todavía más las tareas de prospección y se creará una Oficina del Fuego Bacteriano para informar y asesorar al sector.