Los meses de verano se han caracterizado por intensas tormentas, con precipitaciones y pedriscos que han ocasionado daños en cultivos asegurados en todo el territorio, sobre todo en la mitad norte y en el este de la Península.
Los daños han afectado a más de 300.000 hectáreas aseguradas y 240.000 parcelas, «lo que se sitúa muy por encima de la media de los últimos años para estos meses», según Agroseguro.
A esto hay que sumar las pérdidas causadas por siniestros diferentes al granizo -durante julio y agosto- como incendios, lluvia torrencial o persistente, que incrementan el número de hectáreas siniestradas a cerca de 370.000.
Los cultivos más afectados han sido los cereales -con más de 250.000 hectáreas aseguradas con siniestro-, uva de vinificación (27.800 has) y frutales (10.500 has).