Justo cuando las cerezas en Chile preveían un incremento récord en sus envíos a los mercados, anticipando la exportación de entre 20 y 22 millones de cajas, las lluvias del pasado sábado provocaron un daño importante a esta especie entre las regiones Metropolitana y del Maule, lo que según datos preliminares de Fedefruta, se traduciría en un 15 por ciento menos de cerezas esta temporada.
Los huertos cercanos a Santiago fueron los menos perjudicados, debido a que estaban trabajando las últimas cosechas de esta fruta en la Región Metropolitana, y sólo cayeron entre 4 y 11 milímetros de agua. De todas maneras, el director de Fedefruta y productor de cerezas de Calera de Tango, Cristián Allendes Marín, estima un daño entre el 5 y el 10 por ciento en la producción restante, informa Comunicaciones Fedefruta.
La situación sin embargo se vuelve más grave en la medida que se avanza hacia el sur, ya que allí la cereza se encontraba en plena cosecha.
En la Región de O’Higgins se prevé que un 20 por ciento de la cereza destinada a exportación no pueda salir hacia los mercados de destino, según cálculos de Claudio Vergara Tagle, productor y director de Fedefruta.
En la región del Maule, mientras tanto, el productor/exportador y también director de la Federación, Antonio Walker Prieto, señala una pérdida desde el 25 hasta un 40 por ciento a causa de las precipitaciones que en algunas zonas llegaron a los 43 milímetros.
“El daño en la cosecha estará a la vista tres días después de la lluvia, por lo que nos encontramos evaluando la situación”, comenta Walker, también presidente de Fruséptima. “Lo que sí podemos adelantar es que la pérdida es grande, y echa por la borda la proyección de por lo menos 20 millones de cajas para esta temporada”, agregó.
La cereza se daña por las lluvias debido a que, por presión osmótica, absorbe el agua y se hincha, lo que provoca que finalmente explote. "La gota entra a la epidermis del fruto y la revienta, como un globo al que no le entra más aire", grafica Antonio Walker.
"Cuando anunciaron el frente decidimos duplicar la cantidad de trabajadores para acelerar la cosecha, y empezamos a aplicar productos como aceites para hacer resbalar la gota en el fruto", agrega. "Durante y después de la lluvia utilizamos cloruro de calcio para hacer más rígidas las paredes celulares”. También se recurrió a los techos plásticos, ventiladores para control de heladas, y una veintena de helicópteros en la zona del Maule el sábado y domingo para secar los árboles. “Ahora estamos haciendo aplicaciones de fungicidas con el fin de prevenir las pudriciones”, detalla.