Entre los cambios que defendió está el fomento de la dieta mediterránea frente a la comida rápida, introduciendo en las escuelas alimentos producidos a nivel local. Ribó recordó que los problemas de la falta de alimentos en una gran ciudad suelen venir acompañados de problemas de mala nutrición, y que la inseguridad alimentaria es «consecuencia, al menos parcialmente, de desigualdades crecientes, de procesos de marginalización y de injusticia social».
El responsable apuntó que están armonizando las leyes para desarrollar la agricultura en las ciudades y en sus alrededores, e introduciendo tecnologías como los invernaderos, el riego por goteo, cultivos biofortificados o estanques para la acuicultura.