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Las ayudas a cultivos de regadío aumentan presión sobre recursos de agua

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La Comisión Europea (CE) ha señalado que las ayudas comunitarias a la producción de algunos cultivos de regadío están contribuyendo a mantener la «presión» sobre las reservas de agua en determinadas cuencas hidrográficas de la Unión.

El Ejecutivo comunitario, que ha presentado sus ideas para luchar contra la escasez de agua y la sequía en Europa, considera que la continuidad de algunas subvenciones a producciones que necesitan más riegos «no ha enviado una señal clara a los agricultores para elegir cultivos que requieran menos agua».

Para Bruselas, la producción agrícola, así como todas las demás actividades económicas, debería estar adaptada a la disponibilidad de agua en cada zona para ser sostenible.

Sin embargo, considera que las políticas europeas, como la agrícola, han tendido a «exacerbar» los problemas de abastecimiento de agua en las cuencas más sensibles.

Para la CE, las grandes dificultades en estas zonas con escasez de agua son la construcción de complejos turísticos y la implantación de cultivos intensivos.

Con la comunicación presentada, que será debatida por el Parlamento y por los Estados miembros, Bruselas quiere promover el debate sobre el agua en Europa a todos los niveles.

En el caso de las políticas agrícolas, la CE considera fundamental promover un uso eficiente del agua, para lo que propone, entre otras medidas, una mejora de las infraestructuras que limite el desperdicio.

En este sentido, insta a que durante la próxima revisión de las políticas de desarrollo regional y rural en 2013, se tenga en cuenta la gestión del agua que se hace en cada zona a la hora de financiar nuevas infraestructuras y equipamientos de suministro.

Además, Bruselas propone que se exploren las posibilidades de recortar las ayudas directas a los agricultores para destinar esos fondos a reforzar políticas de desarrollo rural que promuevan un uso adecuado del agua.

Una de las principales ideas de la Comisión es que los Estados ajusten el precio del agua a su valor y a su disponibilidad, lo que supondría una subida de las tarifas en la mayoría de los países, en especial en España, donde los precios figuran entre los más bajos de Europa.

En esta línea, insta además a mejorar los sistemas de medición del consumo, y pone como ejemplo la iniciativa desarrollada en Francia para financiar la implantación de este tipo de dispositivos en los sistemas de riego, en el 85% de las áreas de regadío.