Francisco Rodríguez asegura que “la Vega antigua, que llega hasta el año 1950, no se parece en nada a la actual. La Vega de Acá ha sido ocupada por edificios, y la Vega de Allá, por invernaderos modernos y bajo plástico”. Por eso, el autor considera que es “básico recuperar y poner en valor el patrimonio cultural de la Vega antigua de Almería, con el fin de que no se pierda”.
Este libro va en la línea de recopilar la vida de aquella época de una zona clave para la ciudad, habitada por agricultores, que araban tierras al aire libre y con la ayuda de animales, y compartían su día a día. El recorrido incluye ocho capítulos: en el primero se habla de la historia, parajes y caminos. En el segundo, se abordan cómo eran los cortijos y sus dependencias, las norias, hornos de leña, mobiliario de madera, sencillos aperos de labranza y los animales, claves para el trabajo y el día a día de los vegueros.
El tercer capítulo se centra en la cocina veguera, “variada, amplia y rica, compuesta por los productos que cultivaban en los cortijos”. Entre los tradicionales platos se encuentran las migas, gachas, acelgas esparragás, pestiños, y buñuelos. El autor destaca “la tradición de la matanza”. El cuarto capítulo hace referencia a las fiestas y tradiciones, y ahí Francisco Rodríguez recuerda que “los vegueros son gente trabajadora, pero sabían divertirse”. Entre las fiestas, la Romería de Torregarcía, Hoguera de San Antón, San Marcos, etc.
El quinto capítulo se centra en establecimientos y entidades relacionados con la Vega de Almería y ahí realmente se hace una referencia a los principales edificios de la ciudad: Mercado Central, Estación de Tren, Hospital Provincial, Bola Azul o Caja Rural (la actual Cajamar).
El sexto capítulo hace referencia a la afición a la poesía en la Vega de Almería. El siguiente, curioso, sobre el origen de los apellidos y heráldica más abundante en esta zona, entre ellos, los Álvarez, Andújar, Berenguel, García y Sánchez.
El último capítulo rememora los juegos tradicionales infantiles, entre ellos, la gallinita ciega, chapas, juegos del cordel, el ahorcado, pulso, tirachinas, etc.
El acto, que llenó, la noche de ayer, viernes CASI, contó, entre otros, con la presencia de Juan Colomina, gerente de Coexphal, y Francisco Belmonte, que ha sido en otra época presidente de CASI. El presidente de la cooperativa, Miguel Vargas, afirma que “es de agradecer el esfuerzo de Francisco Rodríguez, para investigar y recopilar las tradiciones y la cultura de la Vega de Almería”.
Por su parte, el concejal Juan José Segura añade que “Almería y la Vega van unidos, al igual que la Vega y CASI. Los tres son importantes para el desarrollo de la ciudad”. Un acto entrañable, que ha recordado, en definitiva, los orígenes de CASI, pues la cooperativa se creó en el año 1944.