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La solución para el agua depende más de voluntad y gestión que de dinero

El acceso universal al agua depende más de voluntad política y buenas gestiones que de financiación, pues el dinero necesario para dotar a las sociedades de ese recurso existe, según expertos que participaron ayer en el Foro Mundial del Agua.

El evento que congrega en Brasilia a delegaciones y empresas de 150 países, junto a representantes de organismos internacionales, se sumergió en su tercera jornada en los problemas de financiación que los Gobiernos enfrentan para atender las necesidades de saneamiento y distribución de agua.

Sin embargo, según delegados de bancos y organismos financieros, las mayores dificultades no pasan por la escasez de recursos, que a diferencia del agua abundan, sino en la falta de voluntad política, planificación y, sobre todo, una gestión apropiada.

Uno de esos ejemplos está en Latinoamérica, una región que posee cerca del 32 % de los reservas de agua dulce del mundo, pero en la que millones de personas no cuentan con el adecuado saneamiento o directamente no reciben ese recurso en sus residencias.

El colombiano Jaime Holguín, representante en Brasil del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), expuso esa situación en uno de los debates del Foro Mundial y dijo que la región necesita invertir 12.500 millones de dólares al año para alcanzar las metas de la ONU para 2030, que apuntan a garantizar el acceso universal al agua.

Holguín explicó que la CAF dedica cerca del 5 % de su cartera de créditos al sector hídrico, lo que representa unos 3.500 millones de dólares anuales, pero sostuvo que en la región existen «niveles de ejecución muy bajos» y que falta «eficiencia» en el desarrollo de los proyectos.

«La inversión en agua, que es económica y social, tiene excelente retorno para las sociedades», pero aún así los fallos en la gestión del propio recurso y en la ejecución de las obras necesarias ayudan a que el déficit hídrico regional se mantenga, apuntó.

En declaraciones a Efe, Holguín citó, entre los muchos problemas, los recurrentes atrasos en el desarrollo de las obras, que acaban por encarecer los proyectos y «postergan las soluciones», al mismo tiempo que el crecimiento poblacional continúa y la demanda aumenta.

«El dinero está», afirmó el funcionario de la CAF, quien sostuvo que entre ese y otros organismos financieros, entre los que citó el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se puede apoyar la construcción de las infraestructuras necesarias.

Sin embargo, insistió en que, para avanzar al ritmo requerido, se requiere una mayor «voluntad política» y, sobre todo, una mejor y eficiente gestión de los recursos, sean financieros o hídricos.

Esa situación es similar en otras de las regiones más pobres del planeta, como el continente africano, que tiene algunos de los peores índices de saneamiento básico y acceso al agua del planeta.

Según el director de asuntos sustentables del Banco de Africano de Desarrollo, Oswar Mulenga, existen «situaciones diferentes» en ese continente «y ninguna es la ideal», aunque la de mayor gravedad se registra en la región subsahariana.

Mulenga dijo que esa institución «tiene como prioridad los temas vinculados al agua», a los que en los últimos cinco años dirigió créditos por 4.000 millones de dólares, que «son insuficientes para remediar una situación que es dramática en muchos países».

Indicó además que «existe un fuerte apoyo financiero de otros organismos internacionales», pero apuntó que los «serios problemas de gestión y, en algunos casos, hasta la corrupción», le cierran el paso a las posibles soluciones o al menos las postergan.

Según Mulenga, la crítica sequía que sufre Suráfrica, que amenaza con dejar completamente sin agua a Ciudad del Cabo en mayo próximo, es el ejemplo «más visible» de una situación que pudiera repetirse en los próximos años en muchos países de ese continente