El sector de las frutas y hortalizas vio este año aprobada la reforma de su OCM, que entrará en vigor a partir de 2008, y además vivió con especial preocupación la subida de los precios al consumidor de algunos productos hortofrutícolas, mientras que el productor no se benefició de estos incrementos.
La nueva Organización Común de Mercado (OCM), aprobada en junio, suprime las actuales ayudas directas a la producción de frutas y hortalizas destinadas a la industria, e implanta el pago único por explotación, con independencia de que los cultivos se destinen al consumo en fresco o la transformación.
Los ministros de Agricultura de la UE acordaron, sin embargo, varios periodos transitorios a los que pueden acogerse los Estados miembros y durante los cuales se mantendrán las ayudas ligadas a la producción.
Así, para el tomate se permitirá que hasta el fin de 2011 la mitad de la ayuda comunitaria siga ligada a la producción, mientras que para los frutales se podrá mantener el total de la ayuda hasta el fin de 2010 y el 75 por ciento hasta finales de 2012.
Para el tomate, además, España pudo arrancar de la negociación el permiso para dar una ayuda estatal de 15 millones de euros en la campaña 2007-2008.
La reforma también incluyó un aumento del fondo operativo -que financia los programas de las organizaciones de productores y las medidas de gestión de crisis-, cuyo límite pasa del 4,1 por ciento del valor de la producción comercializada al 4,6 por ciento, a condición de que la diferencia se destine sólo a gestión de crisis.
Otros puntos destacados de la reforma son la eliminación de las restituciones a la exportación, la inclusión de medidas de promoción del consumo de frutas y hortalizas y la obligatoriedad de introducir parámetros medioambientales para recibir las ayudas comunitarias.
El sector valoró que el acuerdo alcanzado en Luxemburgo suponía avances respecto a la propuesta inicial de la Comisión, como el aumento del techo de los fondos operativos y la ayuda para el tomate español, a pesar de creer que existe incertidumbre sobre cómo se aplicarán algunos aspectos de la reforma.
A la espera de la publicación oficial del Reglamento que aplicará la OCM revisada, aprobado en noviembre, fuentes del sector muestran preocupación, entre otras cuestiones, por cómo va a realizarse la tramitación de los pagos únicos, ya que temen un colapso de expedientes en la administración.
Además de seguir el desarrollo de la nueva OCM, la atención del sector hortofrutícola también se ha centrado este año en las negociaciones abiertas entre la Unión Europea y los países del norte de África para revisar los Acuerdos de Asociación entre ambos bloques.
Es el caso de Marruecos, cuyo Ejecutivo suele reclamar más concesiones para sus exportaciones de frutas y hortalizas, como el tomate, una reivindicación que preocupa a los productores españoles, que vienen denunciando que las importaciones marroquíes superan los contingentes fijados para este producto.
Desde el punto de vista de los consumidores, este año se recordará por la subida en los precios de la alimentación, que también afectó al sector de las frutas y hortalizas, aunque con una repercusión menor que la de productos como el pan o la leche.
Para las frutas y hortalizas frescas, el Índice de Precios al Consumo registraba en noviembre un aumento del 7,1 por ciento en el último año, según los últimos datos del INE.
Sin embargo, desde el sector se considera que el año ha sido malo en cuanto a precios para los productores, ya que, con excepción de algunos cultivos, han sido más bajos que en 2006.
Las condiciones climáticas también cobraron protagonismo este año, en particular en primavera, cuando el temporal de lluvia, granizo y viento causó daños en diversos cultivos de varias comunidades.
Para financiar los daños causados por el temporal de mayo, el Consejo de Ministros aprobó aplicar el Fondo de Contingencia para dotar con 9,1 millones de euros de suplemento de crédito a la Sociedad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA).