Javier de Acha, un joven agricultor de Estella, ha destacado que esta medida ha sido bien recibida tanto por agricultores como por temporeros. “Al llegar a Navarra, tenían que hacerse una PCR y dar negativo para poder trabajar, porque, si daban positivo, tenían que aislarse. Por suerte, lo cosa ha ido bien”, ha señalado.
Además, los empleadores están obligados a firmar una declaración responsable en la que se comprometen a asumir las obligaciones laborales y sanitarias de sus trabajadores. De Acha cuenta con seis hectáreas de esparragueras y ha contratado a cinco personas para que le ayuden con la recogida.
“En mi caso, los temporeros son grupo burbuja, pero, además de las PCR, guantes y mascarillas, hemos colocado un bidón con agua y jabón para que cada vez que manipulen algo se limpien las manos”, ha explicado.
Para este joven agricultor, la “incertidumbre” sigue presente, aunque se trate de la segunda recogida de espárragos que realiza en plena pandemia.
El coronavirus, ha dicho, «va a hacer bastante daño al espárrago, porque en Navarra empezamos de nuevo con las restricciones a la hostelería y también dependemos de si la gente de las comunidades limítrofes puede venir o no”.
Abril y mayo son los meses “fuertes” de la campaña, que puede verse afectada si algún temporero da positivo. Para de Acha sería “una faena, porque el espárrago sale todos los días y no puedes dejar de cogerlo“.
De Acha, que el año pasado fue seleccionado por el Basque Culinary Center como joven talento de la gastronomía española, ha explicado que un espárrago de calidad tiene que tener “un calibre bonito, ser recto, blanco y tener la punta cerrada. Un buen espárrago es el que está suave, tierno y se deshace en la boca”.
Manuela Hidalgo y su hermana Francisca son de Jódar, un pueblo de Jaén. Llevan trabajando como temporeras “muchísimos años”, aunque este es el cuarto que lo hacen para De Acha. “Venimos a pasar los tres meses que dura la campaña”, han explicado.
Para ellas, lo más incómodo es “tener que trabajar con mascarilla”, aunque en este caso no es obligatoria, porque son todos de la misma familia.
Se trata de una campaña “muy dura” en la que pueden llegar a trabajar “hasta 13 horas seguidas agachadas”, pasando frío y calor para que este manjar, también conocido como ‘oro blanco’, pueda llegar a todos los rincones.
Entre los meses de agosto y diciembre de 2020, el personal del Servicio de Salud Laboral del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) realizó 30 visitas a empresas agrarias con personal temporero. Además, se atendieron 98 consultas relacionadas con el sector y la contratación temporal de trabajadores y trabajadoras.
Los datos recogidos en estas visitas sobre la implantación de medidas preventivas de carácter técnico, organizativo y de información y formación, permitieron concluir que existía un amplio margen de mejora en cuanto a su incorporación en las explotaciones agrarias y han sido fundamentales para establecer las actuaciones previstas para las campañas 2021.