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La producción en frutales podría descender un 25 por ciento en Extremadura por las lluvias

Las intensas lluvias producidas a finales de invierno y principios de la primavera en Extremadura han provocado la inundación de una superficie de 1.000 hectáreas de frutales en las fincas cercanas a la Vega del Guadiana.

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Las intensas lluvias producidas a finales del invierno y principios de la primavera ha provocado el desbordamiento del río Guadiana, anegando una superficie de 1.000 hectáreas de frutales en las fincas cercanas a la Vega del Guadiana.

«Todas las fincas cercanas a esta zona se están inundando e incluso hay peligro de que alguna central hortofrutícola sufra las consecuencias de esta crecida del agua», apunta Miguel Ángel Gómez, director gerente de la Asociación de fruticultores de Extremadura (Afruex).

Según Gómez, «valoramos que más de 1.000 hectáreas de frutales podrían estar bajo el agua, siendo los más afectados la fruta de hueso, como ciruela, melocotón, nectarina y algún peral. Las lluvias intensas y la polinización tan mala que hemos tenido esta campaña podría suponer una bajada importante de producción, que estimamos sería entre un 20-25 por ciento».

Si las lluvias no cesan, aparte de las graves pérdidas de producción se podría hablar de problemas de enfermedades en estos frutales y la consiguiente destrucción de mano de obra. «Si se pierde esa fruta, el descenso de mano de obra sería también entre un 20-25 por ciento», destaca el director gerente de la asociación.

Desde Afruex señalan que habrá que pedir la declaración de zona catastrófica en muchos de los términos municipales debido a las inundaciones producidas, ya que no sólo se han visto afectados los árboles, sino también maquinaria, casetas y demás materiales útiles.