Las malas condiciones climáticas son la causa de este descenso de la producción según los datos del Ministerio de Agricultura Alemán. El frío y una primavera húmeda, así como la ola de calor acaecida durante el mes de julio y las lluvias intensas junto con el granizo, han tenido cierto impacto en el rendimiento de este cultivo.
A pesar de que la superficie ha aumentado en el último ejercicio un 1,2 por ciento, alcanzando las 241.200 hectáreas, las expectativas no son muy halagüeñas.