«La comercialización de patatas tempranas será muy especial durante 2023 por la ausencia de partidas«, señala Christoph Hambloch, analista de mercado de patatas en la consultora AMI.
Las primeras entregas del sur de Europa de patata temprana en marzo fueron escasas y esto empezó marcando el mercado. La patata temprana de las zonas mediterráneas siempre ha sido un producto nicho, pero con unas existencias a la baja durante 2023 su campaña se alargó.
Alemania incrementó sus entradas de patatas de Egipto e Israel en la campaña temprana, aunque las cantidades enviadas «fueron pequeñas, sobre todo cuando se trataba de complementar partidas de los programas con las cadenas», desvela Hambloch.
Las patatas tempranas en Alemania bajo film se trataron de plantar antes, «pero el frío y la humedad retrasaron las fechas de plantación en Europa occidental y central», apunta Hambloch.
Alemania se quedó sin patatas en el stock y el potencial de España viene marcado «por bajos rendimientos y las trabas de la cosecha», señala Hambloch. Es cierto que la demanda española es intensa y «condiciona las exportaciones por su sólido mercado interno», apunta Hambloch.
Los precios
La temporada comenzó mucho más alta en precios que en años anteriores «con los egipcios marcando el ritmo», señala el analista. Con el cambio de mes de abril a mayo, se beneficiaron, al igual que los israelíes, de la demanda repentinamente fuerte, lo que condujo a un aumento de los precios.
«Hasta ahora, las patatas nuevas alemanas solo se han encontrado en los mercados mayoristas y semanales», desvela Hambloch. La patata de Chipre sin competencia y la escasa oferta de Italia «es más fácil colocar una oferta todavía pequeña que el año anterior», señala.
La falta de oferta permitió precios por encima de los 120 euros por tonelada a mediados de mayo.