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La IA ayuda a mantener el regadío combinando energías renovables

Investigadores de la UCO desarrollan un sistema de gestión del riego con inteligencia artificial para combinar el uso de energía hidráulica y fotovoltaica en la agricultura.

En el contexto geopolítico actual, la soberanía energética es una prioridad para instalaciones de gran envergadura que podrían reducir muchos costes si se aislasen de las oscilaciones del mercado energético, garantizando un precio estable a medio y largo plazo.

Además, Europa necesita impulsar el uso de energías renovables para cumplir con los objetivos del Pacto Verde y reducir la contaminación atmosférica y los gases efecto invernadero.

Por eso, a través del proyecto HY4RES (Hybrid Solutions for Renewable Energy Systems), un consorcio europeo está desarrollando soluciones para que explotaciones agrarias, piscifactorías, puertos y comunidades energéticas puedan suplir su demanda energética combinando distintos tipos de energía renovable (solar, eólica, hidráulica).

Plantas piloto

Las entidades que participan en el proyecto –que forma parte del programa de cooperación transfronteriza Interreg Atalantic Area– van a poner en marcha cuatro plantas piloto en Irlanda, España y Portugal para comprobar que estos sistemas funcionan en condiciones reales.

En concreto, el grupo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) que participa en el proyecto está diseñando un sistema de gestión que utiliza inteligencia artificial para optimizar y combinar el uso dos energías renovables –hidráulica y fotovoltaica– en explotaciones agrícolas.

Esta tecnología es capaz de predecir tanto la producción de energía renovable como la necesidad que va a tener el sistema a una semana vista y de combinar esas dos predicciones para recomendar el uso más apropiado de la energía disponible.

El modelo ha sido entrenado con datos locales de demanda y producción a partir de mediciones en la propia instalación, que cuenta con una planta solar, múltiples sensores y una estación climática, lo que hace que sus predicciones sean más exactas que las de otros sistemas.

Por el momento, la tecnología se va a probar en una planta piloto que se va a instalar en el Valle Inferior del Guadalquivir, y que el equipo espera terminar a finales de julio. Esta planta combinará tres fuentes de energía: solar fotovoltaica, microhidráulica y convencional, para conseguir un suministro constante de energía a un precio asequible que mantenga la rentabilidad de las exploraciones de regadío.

Energía hidráulica y fotovoltaica

Las comunidades de regantes son uno de los sectores que más podrían beneficiarse de la autonomía energética que ofrecen las renovables, ya que demandan mucha energía para alimentar sus sistemas de riego.

“Cubren amplios territorios y, en ocasiones, con una gran diferencia en elevación. En estos casos, el consumo energético es muy grande”, explican Juan Antonio Rodríguez Díaz y Jorge García Morillo, investigadores de Ingeniería Hidráulica de la UCO.

Además, en un contexto de cambio climático donde las sequías y los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, es de esperar que el regadío sea cada vez mayor y que se ponga en valor su huella de carbono.