El estudio de Inia de Chile se titula Determinación de la huella del agua y estrategias de manejo de recursos hídricos, y el objetivo del mismo es medir y determinar la cantidad de agua que utilizan en su cultivo los 20 productos agropecuarios más importantes de ese país, por su incidencia económica: uva de mesa, uva pisquera, palta, oliva, cítricos, cereza, arándano, durazno conservero, ciruela, kiwi, manzana, remolacha, tomate fresco y tomate industrial. Se entiende por huella hídrica o huella de agua como el volumen total de agua dulce usado para producir o consumir por un individuo o comunidad.
El uso de agua se mide en el volumen de agua consumida, evaporada o contaminada, ya sea por unidad de tiempo para individuos y comunidades, o por unidad de masa para empresas.
La huella de agua se puede calcular para cualquier grupo definido de consumidores (sean estas personas individuales, núcleos familiares, pueblos o naciones enteras) o productores.
Carlos Ovalle, coordinador del Programa Nacional de Sustentabilidad y Medio Ambiente del Inia y miembro del comité creador del estudio explicó a Diario Financiero que la investigación identificó los principales componentes que aportan a la huella hídrica de la producción de un kilo o litro de un producto, y estableció que implementar medidas de adaptación tendientes a racionalizar el uso del agua en el sector, puede ayudar a reducir hasta en un 30% el consumo de este recurso.
El concepto de huella hídrica fue introducido en 2002 por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Agricultura).