Las medidas de los Gobiernos de la UE para frenar la COVID-19 tienen efectos notables en la cadena agroalimentaria, entre los que destacan la “alarmante” falta de temporeros, las dificultades en el transporte y una previsible subida de precios, según el estudio, publicado por el Servicio de Investigación del Parlamento Europeo, según informa Mercedes Salas de la Agencia Efe.
El informe es un documento técnico de trabajo para eurodiputados que analiza el impacto de la COVID-19 en los mercados agroalimentarios de la UE hasta la primera semana de abril, recopilando balances de organizaciones sectoriales y de instituciones nacionales e internacionales.
Aunque el abastecimiento de alimentos está garantizado, alerta de la “preocupante” falta de trabajadores para la actividad agraria, entre otros factores destacados que pueden condicionar la oferta.
Los precios de la leche, carne, las frutas y hortalizas podrían subir considerablemente, según el documento.
Entre los subsectores más perjudicados por la COVID-19, resalta el de la flor cortada, por la cancelación de las celebraciones -por ejemplo, la anulación de bodas en Italia en primavera provocará pérdidas de 300 millones de euros a los productores-
También menciona el vino, “con un mercado internacional que absorbe pocas existencias” y el turismo rural -con los negocios parados y oleadas de cancelaciones desde el inicio de la pandemia-.
Preocupa la mano de obra
“La falta de temporeros es uno de los mayores motivos de preocupación, ya que podría alterar gravemente la producción y la transformación de alimentos”, según el estudio.
Atribuye esa escasez, por un lado, a las condiciones deficientes en que a menudo viven los jornaleros, con mayor riesgo de contraer el virus y, por otro, a las restricciones de movimientos de trabajadores entre países.
Muchas explotaciones de Europa occidental dependen de la mano de obra originaria de países del Este europeo.
La “presión” será superior para las cosechas de fruta, según el estudio, que detalla iniciativas de los países para contratar jornaleros, que van desde plataformas digitales (Francia), programas de contratos cortos (Alemania) a la contratación de empleados de otros sectores, como el de catering, ahora parado.
El Gobierno español ha aprobado este martes un real decreto ley que permite a los parados trabajar en campañas cerca de sus domicilios y cobrar a la vez su subsidio de desempleo, para paliar la falta de mano de obra extranjera por el cierre de fronteras.
Subida de precios
El estudio alude al acopio de alimentos entre los ciudadanos comunitarios, como ocurrió en España cuando se declaró el estado de alarma, pese a los mensajes que confirmaban que el abastecimiento está garantizado.
Pero los minoristas podrían ver “picos en la demanda” de productos frescos, lo que combinado con problemas de oferta encarecerá alimentos perecederos, de alto valor y que resisten poco almacenados, así como los que requieren “más mano de obra” para su obtención, según el estudio.
Entre ellos, cita las frutas y hortalizas frescas, carne, leche o ciertas “materias primas”.
Asimismo, organizaciones como la EMB -productores de leche europeos- han alertado del incremento de la especulación en los precios.
Soluciones
El estudio indica que para evitar perturbaciones de mercado será necesaria una “acción conjunta” y una “respuesta coordinada” entre las instituciones de la UE, Gobiernos y los sectores.
La ONU ha advertido de que la pandemia “pondrá a prueba de innumerables formas” el sistema alimentario mundial, durante las próximas semanas y en los próximos meses.