Según un informe de Patagonia Norte, entre enero y marzo se enviaron 104.700 toneladas de pera y 11.200 toneladas de manzana, lo que supone un leve aumento del 2 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
La región se enfrenta a una escasez de fruta para exportación durante esta campaña debido a cuestiones climáticas y a una reducción de inversiones en el campo, lo que ha provocado el abandono de muchas explotaciones frutícolas.
De hecho se estima que la cosecha de pera sea un 30 por ciento menor que en 2015.
Los costes de producción se han disparado para los agricultores, por lo que muchos de ellos están optando por no cosechar.
El principal destino para la pepita argentina durante el primer trimestre del año ha sido Rusia con un envío de 31.000 toneladas, seguida por Italia (25.000 toneladas), Norteamérica (21.000 toneladas) y Holanda (18.500 toneladas).