Latinoamérica

La exportación de manzana chilena cae más de un 21 por ciento

La manzana chilena ha descendido el volumen de exportación más de un 21 por ciento a pesar de que el año pasado superó en cifras a la uva de mesa, según revela Odepa en su último informe.

El abandono de explotaciones de cultivo que tenían rendimientos de producción insuficientes para competir en los mercados, los factores climáticos y una irregular toma de color de la fruta, son algunos de los motivos de esta importante, afirma la Federación de Productores de Frutas de Chile, Fedefruta.

Antonio Walker, director del gremio y presidente de Fruseptima, señala que todos los huertos con alguna limitación de producción o de calidad, debido a su antigüedad, han empezado a ser arrancados. "Los precios para la manzana están muy ajustados en el mercado internacional y hay que alcanzar una producción sin limitaciones de calidad para no alcanzar número rojos al final de la temporada", destaca. "Tenemos que producir buena fruta, reconvertir con variedades atractivas que tengan más volumen de producción y ser muy eficientes para mantenernos en el negocio de la manzana".

El director de Fedefruta destaca que las heladas de fines de 2014 en el Maule, corazón de la producción de manzanas en Chile, el mayor golpe de radiación solar en verano y la falta de color, "son factores que también han disminuido el rendimiento de exportación de nuestras manzanas".

Estrategias comerciales

Asimismo, "hay una producción muy importante de esta especie en el Hemisferio Norte que ha llegado a competir con la nuestra, cosa que no ocurría antes", explica Walker, "ya que han mejorado las técnicas de almacenamiento, permitiendo que la manzana europea dure más y termine vendiéndose al mismo tiempo que la nuestra”.

Por ese motivo, los productores chilenos de pomáceas han rediseñado sus estrategias de venta y han incrementado los programas comerciales hacia Medio Oriente (región que por primera vez superó en un momento a Europa en importación de manzana chilena), América Latina y Asia. “Debemos conquistar otros mercados aparte de Europa y Estados Unidos".

De hecho, Antonio Walker recoge la experiencia de los productores neozelandeses que se han dedicado a proveer de fruta a sus países y territorios vecinos en la Polinesia, como modelo a seguir para la fruticultura chilena. "Al estar tan lejos de Europa, nuestro coste de traslado asciende a los 6 o 7 dólares por caja de manzana, por lo que debemos abrir la veda en América Latina y derribar las barreras arancelarias que tenemos en nuestra propia región", concluye.