Se trata de un dispositivo excepcional que forma parte de un programa estadístico del organismo europeo, según ha explicado la subdelegada del Gobierno en Cáceres, Jerónima Sayagués a los dirigentes agrarios en la reunión que han mantenido.
Tras la reunión, en declaraciones a los medios, Huertas se ha mostrado satisfecho con la explicación pero se ha quejado de que se trata "del peor momento" para los agricultores que se encuentran recogiendo los primeras cerezas.
La Europol ha elegido el Valle del Jerte, ha indicado Huertas, "al azar", pero "ha sido en el peor momento posible".
El dirigente agrario ha manifestado que los cereceros están viviendo una situación de "acoso y derribo", dado que en una semana se habrán realizado "cerca de mil inspecciones por parte de doce inspectores" a explotaciones y cocheras.
En una superficie pequeña que agrupa a unas 10.000 hectáreas y que da trabajo en esta época a unos 200.000 jornaleros, este hecho "ha creado una auténtica alarma", ya que los agricultores "han sido tratados como delincuentes", cuando lo único que han hecho ha sido hacer su trabajo y la medida ha sido "desproporcionada", ha dicho.
La subdelegada, ha indicado Huertas, les ha informado además que de momento no se ha abierto ningún expediente, lo que viene a dar la razón en que "no hay ningún problema y está todo legal".
Asimismo, ha señalado que en su mayoría se trata de pequeñas explotaciones familiares y que aunque existe cobertura legal para que en determinadas circunstancias trabajen familiares ascendientes y descendientes en ellas "ha creado mucha incertidumbre entre los inspeccionados".
Por ello, ha pedido a los dirigentes políticos que en la Ley Laboral se recoja de manera explícita esta excepción que permite en un momento determinado la colaboración de los familiares.
La meteorología va a provocar, ha adelantado Huertas, que "la campaña no sea buena y se produzca una importante reducción en los beneficios".
Por ello ha pedido que en estos momentos las administraciones tienen que colaborar y no poner trabas con intimidación y creando alarma, advirtiendo de que "si siguen tratándonos como delincuentes no nos vamos a quedar quietos".