La DOP ha comenzado a certificar las primeras picotas de las cuatro variedades certificadas: pico limón negro, pico negro, pico colorado y ambrunés, esta última la más apreciada por ser la que más tiempo madura en el árbol al sol y, por lo tanto, la más dulce.
En una nota, el presidente del Consejo Regulador, José Fernández, ha explicado que este año aumentará la producción por lo que esperan recoger aproximadamente unos diez millones de kilos de picota del Jerte, seis millones más que la pasada campaña.
"Este aumento no afectará a la calidad del fruto que, al igual que el año anterior, será excelente", ha subrayado Fernández.
En el Valle del Jerte, el cultivo de las cerezas se realiza de una manera natural, tradicional y sin aditivos, lo que consigue que las cerezas y picotas tengan un sabor único y un alto contenido en vitaminas, oligoelementos y flavonoides.
Tras una cuidadosa selección a pie de árbol, de acuerdo a un riguroso control de calidad, sólo las mejores se identifican con el sello de la Denominación de Origen Cereza del Jerte.
Las picotas del Jerte son un producto exclusivo que se distingue por su sabor y dulzura y porque son las únicas que se desprenden del árbol sin pedúnculo.
Este producto cada vez está más demandado tanto en el mercado nacional como internacional, sobre todo en Alemania y en Reino Unido, no en vano el 70 por ciento de la producción de picotas del Jerte se exporta fuera de Extremadura.