Para la asociación, el fallo implica que el veto a los organismos genéticamente modificados (OGM) no se puede basar en «mitos o rumores» y que «a los agricultores franceses ya no se les debería denegar la posibilidad de utilizar el maíz transgénico».
De hecho, consideran, «la sentencia confirma los argumentos mantenidos por agricultores y empresas productoras de semillas acerca de la orden francesa de 2008 que suspendió el uso del maíz MON 810».
EuropaBio saluda además que el Tribunal explique que las medidas de emergencia solo se pueden adoptar en caso de que exista una situación que suponga «un riesgo claro y grave» a la salud humana, animal o medioambiental.
«En los últimos 15 años este maíz transgénico se ha cultivado en todo el mundo y se han probado sus beneficios agronómicos, económicos y medioambientales. Su seguridad se ha confirmado de forma consistente», añade la asociación.





















