Según anunció hoy el Ejecutivo europeo en un comunicado, este centro prestará apoyo a quienes diseñan las políticas de la UE y a las autoridades nacionales «facilitando el acceso a conocimientos científicos actualizados».
«Recientemente se han conocido casos de fraude alimentario con aceite de oliva, vino, miel, pescado, productos lácteos, carne y aves de corral. Además, los consumidores pueden verse expuestos a prácticas desleales de ‘marketing’ comercial, especialmente en lo que respecta a productos alimenticios con diferencias significativas de composición», apunta la institución.
El comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte, Tibor Navracsics, subrayó que «la alimentación es un ámbito en el que la ciencia puede demostrar lo que aporta a los ciudadanos de modo muy directo y tangible» y consideró que «la UE está llamada a desempeñar un papel destacado en la respuesta» al fraude alimentario, «una actividad delictiva transnacional».
Este centro, según defendió el comisario, contribuirá a «proteger la integridad de la cadena alimentaria de la UE y a salvaguardar la calidad de los productos alimentarios, generando así un valor añadido claro para los europeos».
El nuevo centro coordinará las actividades de vigilancia del mercado, por ejemplo con el análisis de la composición y las propiedades organolépticas de los alimentos comercializados con la misma marca y el mismo empaquetado en diversos mercados europeos.



















