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La calidad y el medioambiente marcan la I+D+i alimentaria

La investigación agroalimentaria apuesta por un desarrollo en la industria agroalimentaria que conlleve un beneficio para el consumidor, reducir la contaminación y lograr una producción eficiente y respetuosa con el medioambiente, según han explicado fuentes del sector.

El director del centro investigador Ainia, Sebastián Subirats, ha asegurado que se trata de llegar a una «producción sostenible, de calidad y conforme con el medio ambiente».

«El comprador español busca seguridad, por lo que la tendencia es a obviar los conservantes y establecer una relación entre el medio ambiente y una industria sostenible», ha precisado Subirats.

Según sus datos, la industria alimentaria es número uno en garantía de calidad, supone el 8 % del PIB nacional, da 450.000 empleos directos y cuenta con 30.000 empresas, además de constituir el segundo sector que más exporta.

Subirats ha subrayado que dada la importancia del sector, «los centros de investigación españoles, entre ellos Ainia, son un referente europeo».

En este sentido, ha apuntado que el trabajo en I+D+i se gestiona en Ainia «como una estrategia de inversión a largo plazo, se cruzan las nuevas tecnologías con la visión de mercado entre las directrices de la innovación y las empresas».

Entre los ámbitos de estudio, ha citado en el campo de la genética vegetal lo relativo al medioambiente y la energía.

«Trabajamos en producción de microalgas para obtener materia prima y producir biofuel; con la investigación de semillas podemos obtener datos para la prevención del colesterol y con la piel de las uvas negras, por ejemplo, estudiamos la aplicación de antioxidantes para farmacias», ha detallado.

Otra de las novedades en las que trabajan es la eliminación de la grasa de la semilla de girasol, para conseguir una proteína de alto valor», además de estudiar plantas cada vez más resistentes, defensa de plagas, selección genética, control biológico de plagas y variedades de frutas con características peculiares».

En cuanto a la seguridad alimentaria, ha resaltado que los sistemas de control molecular influyen en la cadena alimentaría de tal forma que «las técnicas rápidas de control microbiológico identifican en pocas horas si un producto está contaminado minimizando el riesgo».

Por su parte, el director del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS), Pablo Zarco, ha explicado que su objetivo es contribuir al desarrollo de sistemas agrarios capaces de compatibilizar el incremento y la mejora de la producción agrícola con la sostenibilidad medioambiental

Zarco ha destacado que el IAS ha orientado su labor de I+D+I en la búsqueda de soluciones concretas ante los nuevos desafíos que presenta nuestra agricultura, con un enfoque concreto a los cultivos mediterráneos, como son el olivar, los cultivos de regadío y los herbáceos de secano, principalmente.

Entre ellos, lograr «una mayor eficiencia en el uso del agua y del suelo, así como profundizar en la micrometeorología y la ecofísiología de las plantas», ha indicado.

Según ha añadido, «esto permite, por ejemplo, determinar el potencial de captación de dióxido de carbono de ciertas plantaciones o detectar si un árbol está sufriendo algún tipo de estrés (hídrico, térmico, nutricional) antes de que aparezcan los síntomas, y evitar con ello futuras pérdidas para el agricultor».

Desde el IAS consideran clave la diversificación agraria, ya sea obteniendo variedades mejor adaptadas a las condiciones de cada ecosistema o con nuevos productos que aporten valor añadido a los sistemas de producción.

«Nuestro equipo de investigación también destaca el uso prioritario de la mejora genética como medio para minimizar los daños que plagas, patógenos y plantas parásitas causan en los cultivos», ha afirmado.

El desarrollo de variedades de trigo sin gluten apto para los celíacos, de guisante resistentes al japo (hiedra parásita) y de habas que contribuyen a la conservación de abejas silvestres polinizadoras son algunos de sus trabajos.

A ellos se suman nuevos aceites de girasol con elevado contenido en Vitamina E y fitoesteroles o la contribución a la secuenciación del genoma del trigo, que es una iniciativa pionera a nivel internacional.

«Las aplicaciones prácticas van desde el ahorro de herbicidas hasta la erradicación de plagas, y algunos de nuestros estudios pioneros tratan de medir el efecto del cambio climático en la distribución de poblaciones de patógenos y malas hierbas», ha asegurado.

En este contexto, los investigadores expresan su preocupación por la financiación que, según Zarco, puede provocar que «los doctores jóvenes tengan que irse, e investigadores preparados no puedan estabilizarse ya que no hay plazas disponibles».

Y, como ha incidido Subirats, la crisis afectará no solo a los que están aquí, sino también a los que tenían intención de volver a España.