El sector de la biotecnología andaluz tiene muy buenas perspectivas de crecimiento y en los dos próximos años se prevé que doble su facturación y pase a unos 500 millones de euros.
En el año 2006, el 25 por ciento de las empresas de biotecnología creadas en España estaba en Andalucía, que igualó a Cataluña en este aspecto, si bien dentro de unos dos años la comunidad andaluza se situará por delante de la catalana y por detrás de Madrid.
Estos datos se recogen en el estudio de impacto económico-empresarial de la biotecnología en Andalucía elaborado por la consultora Y-ZETA Sevilla por encargo de la Escuela Andaluza de Economía, dentro de las actividades que organiza este foro auspiciado por la Confederación de Empresarios de Andalucía.
Según este estudio, Andalucía, con 27, concentra el diez por ciento de las empresas del sector biotecnológico de España (278) y ocupa el tercer lugar entre las comunidades autónomas, si bien en cuanto a empresas dedicadas íntegramente a la biotecnología ya ha igualado a Cataluña.
El cincuenta por ciento de las empresas andaluzas son microempresas o de pequeño tamaño y se localizan en Sevilla y Granada, lo que pone de manifiesto que el crecimiento va muy ligado a universidades fuertes.
El empleo en estas empresas también ha tenido una evolución muy positivo al duplicarse de 2000 a 2005 y superar los 1.800 empleos directos, de alta cualificación, y la mayoría de las empresas tienen entre seis y quince empleados.
Andalucía también destaca en captación de subvenciones públicas para la biotecnología y ocupa el tercer lugar entre las regiones españolas al concentrar el 13,9 por ciento del total de ayudas y el 9,6 por ciento en fondos europeos.
El informe constata la excelencia investigadora de Andalucía, que alberga el quince por ciento de los investigadores de España, y ostenta el tercer lugar de España en investigación científica.
El análisis económico-financiero de estas empresas revela que son rentables con una evolución positiva del cash-flow (amortización más beneficios), una escasa presencia del capital riesgo privado, un período largo de retorno de la inversión y un aumento de la inversión empresarial.