La agricultura está resistiendo mejor que otros sectores a la crisis y sus precios van a subir conforme la economía mundial se vaya recuperando en dos o tres años, y lo harán de forma significativa a medio plazo, aunque sin llegar a los picos de 2007-2008, según la OCDE y la FAO. En su informe de perspectivas para el periodo 2009-2018, estas dos organizaciones calculan que respecto al decenio de referencia 1997-2006, los precios de los vegetales aumentarán en torno al 10-20% en términos reales y serán superiores al 30% para las oleaginosas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han constatado que «la agricultura es más resistente a la crisis» porque venía de una fase de precios elevados y la alimentación es una necesidad humana básica, por lo que su demanda es poco elástica. Las perspectivas de la recuperación económica global, la creciente demanda de alimentos en los países emergentes y el mayor peso de los biocarburantes son algunos de los elementos que van a generar las presiones inflacionistas sobre la producción agrícola, al igual que el alza del petróleo. En total, de aquí a 2018 los alimentos de base serán de media al menos un 20% más caros en términos reales de lo que lo fueron en el periodo 1997-2006 con una hipótesis de subida moderada del barril de crudo, que se supone que estará en los 70 dólares a finales de año.
Nacional Jun 2009