Howden, uno de los cuatro mayores brókeres de seguros en España, ha elaborado el informe “Herramientas de seguros y gestión de riesgos para la agricultura en la UE”, publicado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Comisión Europea, donde España e Italia destacan como los países europeos más expuestos a los impactos del cambio climático, especialmente en el sector agrícola.
Según estimaciones recientes, tanto la economía española como la italiana podría enfrentar pérdidas catastróficas de hasta los 20 mil millones de euros en los próximos años, y la Unión Europea en su conjunto podría alcanzar los 60 mil millones si no se adoptan medidas estructurales de adaptación. Esta proyección se basa en el aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos como las sequías prolongadas, olas de calor, granizadas e inundaciones que van aumentando significativamente en estos territorios, afectando no solo la producción agrícola sino también los sistemas de abastecimiento hídrico y la estabilidad socioeconómica de las zonas rurales.
El informe subraya que la viabilidad de la agricultura europea está en juego, especialmente en regiones altamente expuestas como el sur de Europa y, en particular, el área mediterránea. En el caso concreto de España, cuya economía rural está profundamente vinculada a cultivos vulnerables como la vid, los frutales y las hortalizas, los efectos del cambio climático ya son evidentes: con sequías más frecuentes, heladas tardías, tormentas intensas. Las olas de calor, por ejemplo, no son amenazas futuras, sino realidades que ya están afectando la producción, reduciendo los ingresos de los agricultores, encareciendo los alimentos y tensionando las economías rurales.
Manuel García, director técnico de Howden Cataluña, señala “Es imprescindible replantear de manera urgente el sistema de seguros agrarios y la estrategia de gestión del riesgo climático. Esto debe abordarse desde una perspectiva estructural, apoyada en soluciones que sean previsibles y que cuenten con la cooperación entre el sector público y privado”.
Impacto económico severo en regiones productoras
En años especialmente extremos, algunas regiones agrícolas de España como Andalucía, Castilla-La Mancha o Cataluña podrían llegar a perder más del 3 % de su Producto Interior Bruto (PIB) agrícola. Este nivel de impacto tiene implicaciones directas en el empleo rural, en las exportaciones agroalimentarias y en la capacidad de las explotaciones para reinvertir y mantenerse operativas. A diferencia de otros sectores, la agricultura depende directamente de factores climáticos, lo que la convierte en una de las actividades más vulnerables a la variabilidad ambiental.
Frente a este escenario, y ante la creciente presión que enfrentan los sistemas agrícolas para adaptarse a condiciones climáticas cada vez más extremas, el informe de Howden destaca el déficit de protección de los seguros, ya que los agricultores asumen entre el 70 y el 80% de todas las pérdidas agrícolas relacionadas con el clima. Esta situación obliga con frecuencia a los gobiernos a proporcionar asistencia financiera no contemplada.
Por ello, el informe señala la necesidad de transformar la gestión del riego climático. En el caso de la agricultura española, esto implicaría una menor dependencia de ayudas extraordinarias tras los desastres, así como una colaboración estrecha y coordinada entre las instituciones europeas, los gobiernos nacionales, las aseguradoras y el propio sector agrario. Además, se plantea la necesidad de que la Política Agrícola Común evolucione para convertirse en una herramienta clave de protección frente al cambio climático.