En su discurso del 13 de marzo de 2012, el Presidente de la República mauritana, Mohamed Ould Abdel Aziz, destacó
la importancia de la agricultura para el desarrollo del país, explicando los buenos resultados obtenidos por los jóvenes.
El discurso fue pronunciado después del anuncio por parte de las autoridades mauritanas, el pasado mes de febrero,
de su intención de habilitar 20.000 hectáreas de tierra, de las cuales el 70% se repartirían a los jóvenes diplomados y
el resto a las poblaciones locales.
Este proyecto se inició en 2001, con el compromiso del Estado de comprar las cosechas a los jóvenes agricultores, así
como animar a las empresas a sostener esta iniciativa.
Mauritania cuenta con una superficie de 1.290.000 hectáreas de tierras potencialmente cultivables, de las cuales
solamente 30.000 han sido explotadas hasta el presente. Estas tierras vendrían a añadirse a los recursos hídricos que
no se utilizan y servirían para dar empleo a los jóvenes diplomados.
A la vista de tal situación, el Estado ha decidido adoptar una política de lucha contra la pobreza, en el marco de una
estrategia orientada a conseguir la autosuficiencia en el cultivo del arroz, que es uno de los productos agrícolas más
consumidos a nivel nacional.
El proyecto, que tenía como objetivo la integración de los jóvenes diplomados, ha dado unos resultados inesperados,
además de obtener una producción de 5.000 toneladas de arroz, los jóvenes han adquirido una valiosa experiencia en
el cultivo de este cereal.
Igualmente, este proyecto ha permitido dar empleo a otras 250 personas de las comunidades locales, encargados de
la realización de pequeñas tareas como la guarda de los animales o de ayudantes de granjas. Asimismo, ha producido
mucho alimento para la ganadería, lo que es muy positivo, vista la situación de sequía que atraviesa actualmente el
país.
Estas cifras han permitido contar con el apoyo de la población local y de las autoridades nacionales. Se puede
empezar a hablar de una verdadera revolución agrícola.





















