Kostantine F1* en rojo y Kasiopea F1* en amarillo, las novedades de BASF|Nunhems en California rojo y amarillo, respectivamente, para el Campo de Cartagena (Murcia) han puesto punto final a la campaña demostrando su precocidad y, sobre todo, su elevado rendimiento productivo.
Así lo confirman los resultados de los ensayos realizados por la casa de semillas y que compartió el pasado jueves, 31 de julio, en una jornada en la que participaron medio centenar de técnicos de las principales comercializadoras de la zona.
“Kostantine F1* ha sido la variedad más productiva en todos los ensayos realizados”, afirmó Antonio Miguel López, Sales Specialist de pimiento para Almería y Murcia de BASF, quien cifró en hasta un 15 % más la producción media de este Calilfornia rojo con respecto al resto de variedades de su segmento.
Además, Kostantine F1* se encuentra “entre las variedades más precoces en primera recolección” y, es más, solo durante el primer mes de cosecha, su producción es un 10 % superior a la media, según los resultados de los ensayos.
En el caso del amarillo Kasiopea F1*, “ha sido la variedad más precoz”, entrando en producción entre 7-10 días antes que los testigos, lo que se ha traducido en un 1 kilo por metro cuadrado más. “Durante el primer mes, ha sido la variedad más
productiva, con casi un 10 % más que el resto” detalla López, quien insiste: “Esta precocidad le da al agricultor una rentabilidad que no consigue con ninguna otra variedad”.
Al final de la campaña, en los resultados de los ensayos, la producción de Kasiopea F1* ha sido en torno a un 15 % superior a la media de su segmento.
Estos resultados son fruto de la rusticidad de planta de ambas variedades, que combinan con un buen equilibrio vegetativo-generativo, de modo que mantienen una producción continua de frutos de calidad, con calibre (G-GG) y forma homogéneos durante todo el ciclo.
Los frutos de Kostantine F1* y Kasiopea F1* son de un atractivo color rojo y amarillo limón, respectivamente, lo que unido a su mayor producción se traduce en un elevado porcentaje de frutos de primera y, por tanto, un alto rendimiento comercial.
Estrategia de control integrado
Durante la jornada, BASF puso el acento, además, en el uso de estrategias de control integrado de plagas para garantizar la viabilidad del cultivo. De este modo, y junto a las resistencias genéticas a L4, spotted y oídio de Kostantine F1* y Kasiopea F1*, la compañía abogó por el uso de materias activas compatibles con la fauna auxiliar.
En este sentido, Pedro Ríos, Technical Crop Manager Vegetables de BASF, presentó Velifer®, el bioinsecticida de amplio espectro basado en una cepa exclusiva del hongo entomopatógeno Beauveria bassiana, PPRI5339, capaz de infectar plagas como el trips o la mosca blanca en sus diferentes estadios de desarrollo (larva, ninfa y pupa).
“A diferencia de otros hongos entomopatógenos, Velifer® está basado en una cepa exclusiva desarrollada por BASF de Beauveria bassiana la cual está adaptada a las condiciones del clima mediterráneo”, explicó Ríos, quien detalló que, gracias a ello, “conseguimos altos niveles de control de distintas plagas en las condiciones de cultivo de nuestros agricultores”.
Velifer® no genera resistencias, es compatible con la mayoría de los fungicidas, insecticidas y adyuvantes del mercado y, además, respetuoso con la fauna auxiliar.
De momento, cuenta con el registro para mosca blanca y trips en todas las solanáceas y cucurbitáceas de invernadero, si bien, a partir de 2026, “tendremos una ampliación de etiqueta”.
Por otro lado, y del segundo pilar del control integrado de plagas, esto es, el uso de fauna auxiliar, habló Antonia García Ruíz, Técnica asesor de Koppert en Murcia, que puso el acento sobre el control biológico de panderola, araña roja y Thrips parvisipinus en el cultivo de pimiento.
Tendencias de mercado
Por último, Francisco Marín, Senior Account Manager de BASF, analizó las tendencias de consumo ‘en 2025 y más allá’ y apuntó a la importancia de integrar a todos los eslabones de la cadena de valor en la búsqueda de soluciones que satisfagan las demandas del consumidor.
De este modo, se refirió a la necesidad de abordar retos como la disminución de la superficie cultivable o la escasez de agua desde un punto de vista agronómico y poniendo la innovación varietal en el centro.
Esta última es, precisamente, el punto de partida para encontrar soluciones que, por un lado, ofrezcan los rendimientos deseados al agricultor y, por otro, satisfagan las demandas de una población que conforma unidades familiares cada vez más pequeñas y envejecidas.