El ministerio de Infraestructuras y Transportes italiano destinará 102 millones de euros a paliar la grave sequía que asola la mitad norte del país y que afecta especialmente al entorno de la cuenca del río Po, anunció el pasado viernes el Gobierno.
Tras la primera reunión del Gabinete de Dirección para la Crisis Hídrica, celebrada en Roma, se decidió aprobar esta dotación económica destinada a intervenir en las regiones norteñas de Lombardía, Piamonte, Véneto y Emilia Romaña, así como en la central Lacio.
Durante la reunión también se acordó agilizar la ejecución de proyectos de desalinización del agua de mar como instrumento transitorio para hacer frente a las fases de emergencia climática.
«Un ejemplo de ello es el proyecto presentado por la ciudad de Génova, que prevé combinar el agua de las depuradoras con una cantidad igual de agua de mar, y transportar después el agua desalinizada al norte de Italia, mediante una tubería, una conducción existente y no utilizada», explicaron.
La reunión, presidida por el vicepresidente Matteo Salvini, contó con la participación del ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, y el titular de Asuntos Regionales y Autonomías, Roberto Calderoli, además del recién nombrado comisario nacional extraordinario para la adopción de medidas urgentes contra la sequía, Nicola Dell’Acqua.
El Gabinete emplazó a los ministerios con competencias relacionadas con la sequía a iniciar «un reconocimiento de los recursos disponibles» para planificar mayores intervenciones contra la sequía a corto plazo.
Desde el último año, la mitad norte de Italia ha sufrido una de las mayores sequías de las últimas décadas. Solo en la cuenca del Po, el más caudaloso del país, en los últimos 30 años se ha detectado una disminución del caudal medio del 20% durante el año y un 45% en verano.