Científicos del John Innes Centre (JIC) del Reino Unido han desarrollado un tomate genéticamente modificado de color púrpura. El tomate se está cosechando en Ontario (Canadá) donde las restricciones no son tan duras como las europeas.
El objetivo de los investigadores es conseguir inversores privados para continuar con las líneas de investigación. El invernadero donde se trabaja la variedad contempla 5.000 metros cuadrados y producirá tomates para conseguir 2.000 litros de jugo de tomate morado, que será usado para nuevas investigaciones para conseguir un jugo comercial para el mercado.
El profesor Cathie Martin, apuntó que "queremos explorar una forma para que los consumidores se beneficien de nuestros descubrimientos, como el que estamos encontrando, ya que hay una demanda de beneficios añadidos", apunta el investigador.
El color de los tomates se deriva de los altos niveles de antocianinas, compuestos normalmente se encuentran en los arándanos, moras y otros frutos profundamente coloreados.
Los tomates púrpuras han demostrado tener efectos antiinflamatorios en comparación con las normales y a retardar la progresión del carcinoma de tejido blando en ratones proclives a cáncer.