Cuando las plantas son cortadas, el tallo y las hojas se dejan en el suelo o son trasladados a basureros al aire libre. En ambos casos se generan gases efecto invernadero generados por la descomposición.
Una mayor cantidad de residuo se genera cuando llega a la planta de empaquetado, donde el ratio de desperdicio varía entre un 8 y 20 por ciento. Esto suele destinarse a la alimentación animal, aunque la mayoría de los productores prefiere dejar que se descomponga al aire libre por razones económicas, han añadido los investigadores.
El estudio calcula que unas 38.600 hectáreas de producción generan 190.100 toneladas de banana desechada y 198.600 toneladas de biomasa. Esto podría producir 19 millones de litros de bioetanol – suficiente para ejecutar dos plantas de energía que podrían generar 18 megavatios de capacidad.
Según los investigadores, si esto se reutilizase, podría cubrir el 55 por ciento de la demanda de electricidad en la provincia de El Oro y el 10 por ciento de la demanda de bioetanol en Ecuador.