El presidente de Interfresa, José Luis García-Palacios, entiende que esta nueva ruta es «consecuencia» del acuerdo comercial alcanzado en su día entre la Unión Europea y Marruecos y supone «abrir un puesto en Europa a las producciones de este país».
Algo que no tendría inconveniente si no es porque, según García-Palacios, estos productos «no han de responder a las mismas exigencias en lo que a calidad y seguridad alimentaria se refiere que los productores europeos».
Es precisamente este aspecto el que, en su opinión, viene a «abundar más» en esa competencia desleal que el sector fresero onubense viene denunciando en relación con la producción que, de este cultivo, se realiza en Marruecos.
«No es que nos parezca mal, pero entendemos que a la hora de cargar las mercancías se deberían de establecer una serie de medidas reguladoras y analíticas que determinen su esos productos cumplen con los requisitos de calidad que se exigen en la Unión Europea», ha asegurado.
Asimismo, ha manifestado que repercute en los precios ya que la producción de fresa marroquí llega a los mercados a menor precio porque los costes de producción en ese país son inferiores.