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Hongos ‘raros’ fichados genéticamente por su ADN

La empresa de Biotecnología Forestal IDForest, especializada en micología y situada en Venta de Baños (Palencia), aplica las técnicas genéticas a la identificación de hongos, convirtiéndose en el único laboratorio privado de Europa que ofrece un servicio de identificación de hongos raros a través del ADN.

Un trabajo que este laboratorio pone al servicio de investigadores, micólogos, estudiosos, empresas, universidades de todo el mundo, y de la ciencia, "porque las nuevas especies identificadas pueden servir en un futuro para producir sustancias medicinales o nuevos materiales", explica a EFE el director de IDForest, Jaime Olaizola.

Todo sobre la base de que "los hongos tienen un potencial enorme porque producen sustancias que no son capaces de producir ni las plantas, ni los animales, ni la química", agrega el ingeniero de Montes.

De ahí la importancia que tiene descubrir e identificar nuevas especies, a pesar del ingente trabajo que esto supone, si tenemos en cuenta que se han descubierto 74.000 especies de hongos en el mundo y que en España apenas se identifican 30 nuevas especies cada año.

Un trabajo que realizan micólogos y expertos a base de tiempo, empeño, microscopio y muchas consultas a la bibliografía que existe en la materia a nivel mundial, pero que muchas veces no es suficiente para identificar algunos hongos que se resisten y se quedan sin "fichar".

En este punto IDForest ofrece, además de todo su conocimiento y experiencia micológica, una nueva herramienta, más rápida y fiable porque introduce el uso de técnicas de ADN para llegar donde no llegan los libros ni el microscopio.

"Llegaba un momento en que con los libros y la seta no era suficiente, y muchas especies se quedaban sin identificar", subraya el director de IDForest.

Su método para identificar hongos consiste en la extracción y secuenciación del ADN de cualquier hongo para ver cuál es la parte única para cada especie, tal y como se ha hecho con el genoma humano, explica el especialista en taxonomía Carlos Rojo.

"Extraemos el ADN de un trozo de la seta que queremos identificar y hacemos un análisis genético usando una técnica de biología molecular. De toda la cadena de ADN cogemos la secuencia donde creemos que está la diferencia y comprobamos si es una especie nueva o ya existe", precisa.

Después para comprobar si ese hongo ya ha sido identificado en alguna parte del mundo, comparan la secuencia genética obtenida con las que existen en la base de datos mundial www.genbank y "si no hay coincidencias, se puede publicar, en revistas científicas de impacto internacional, el descubrimiento de una nueva especie", explica Olaizola.

Un servicio "ágil, serio y confidencial" que se realiza en unos 15 días y en el que el descubrimiento es del cliente que ha encargado la identificación, y que esta empresa, que ya tiene clientes en toda España, Italia, Noruega, Holanda, República Checa y Costa Rica, pone al alcance de quien lo desee.

Además el ingeniero de Montes insiste en la importancia de la identificación de nuevos hongos y setas que pueden servir para producir nuevas sustancias medicinales, saludables, nuevos tejidos o nuevos materiales, tal y como sucedió con la penicilina cuando nadie imaginaba todavía sus propiedades.

Y lo que es más importante aún, "si el hongo descubierto tiene algún interés sabemos de dónde ha salido, cómo se produce en la naturaleza y cuál es su ecología, por lo que podemos incluso reproducir y multiplicar ese hongo en el laboratorio".