"Tenemos miles de millones para invertir en los próximos años en investigación agrícola" y habrá convocatorias ya para 2016 a las que el sector deberá estar atentas, ha avanzado Hogan durante su intervención en el encuentro Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Forum.
La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha destacado en su presentación del comisario europeo la contribución del sector agroalimentario a la prosperidad, crecimiento y empleo en España, ya que representa el 9 por ciento del PIB y aporta 2,5 millones de empleos.
García Tejerina ha incidido en la necesidad de potenciar la seguridad y calidad de los alimentos, crear vínculos entre población rural y urbana, y de que los ciudadanos "reconozcan" que este sector necesita contar con regulaciones y apoyos adecuados para garantizar su viabilidad.
Sobre el veto ruso, Holgan confía en que "reine el sentido común" de ese país para que puedan seguir recibiendo frutas europeas y ha detallado que no tiene evidencias aún de que nectarinas o albaricoques se estén viendo afectadas como el sector.
Phil Hogan ha apostado en su intervención por potenciar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), así como mejores software y hardware. Ahora los agricultores deben utilizar la tecnología móvil para controlar los pesticidas en sus fincas, gestionar el agua o los nutrientes, y la tecnología robótica permitirá que cosechadoras y tractores funcionen sin conductor, ha puesto como ejemplo.
Para facilitar el cambio, el comisario ha recordado que trabaja con los responsables europeos de Desarrollo Regional para desbloquear fondos que permitan extender la banda ancha en el rural. También ha remarcado las reuniones con responsables del Banco Europeo de Inversiones para poder facilitar financiación, especialmente a los jóvenes, para ampliar producción o racionalizar las vías de negocio de agricultores, granjeros o cooperativas.
"Hay mucho dinero disponible, sobre todo de cara al Horizonte 2020" para impulsar proyectos de investigación e innovación, y "espero que España esté a la vanguardia de este revolución". En 2015, ha indicado Hogan, "mi prioridad será simplificar la Política Agraria Común (PAC)" y que haya menos burocracia para agricultores, sector alimentario y para la Administración y sus organismos pagadores.
Quiere que "no sean necesarios tantos informes y papeleo asociados a la aplicación de la PAC" en los próximos años, aunque ha reconocido que en este 2015, primero tras su reforma, será "especialmente difícil" porque llevará tiempo implementarla.
Preguntado por si impulsará en breve la próxima revisión o reforma intermedia de la PAC, ha afirmado que tendrá que sopesar si se realizan cambios profundos o pequeños, lo que no ha "decidido".
Sí ha dejado claro que el sector necesita "estabilidad" y sólo han pasado cinco meses desde que entrar en vigor la actual.
Por otra parte, ha avanzado que en 2016 revisarán cómo están funcionando las medidas "ecológicas" y verán si se necesitan ajustes. También quiere implantar medidas para aumentar la cooperación en la cadena alimentaria, porque hay muchos requisitos contractuales pero "muchos desequilibrios" que hay que contrarrestar.
"Nos hemos fijado en la experiencias de España y Reino Unido" -en cuanto a las normas para regular la cadena alimentaria- con el objetivo de "tener una base a nivel europeo" para que "todo el mundo esté en las mismas condiciones, con las mismas reglas", ha apuntado.
A su juicio, "invertir en el sector agroalimentario es muy rentable" en un contexto de creciente demanda alimentaria. Ha animado a buscar nuevos mercados para los productos europeos de calidad y alto valor añadido en los mercados del Lejano Oriente, Vietnam, Corea, Japón o Indonesia, objetivo al que pueden ayudar acuerdos comerciales como el que negocia la UE con EEUU, pero sin renunciar a los niveles de trazabilidad y calidad actuales.
Ha insistido en que será "muy vigilante" con las negociaciones, pero ha pedido que no se caiga en "información errónea", ni en "mentiras" sobre la calidad de los productos "de unos y otros", porque el acuerdo con EEUU permitiría crear un mercado de 800 millones de personas.