Francia ha considerado ilegal que los supermercados desechen alimentos que no han sido finalmente vendidos. En su lugar les obliga a firmar contratos con entidades de la beneficencia que faciliten su donación a los más necesitados y, este forma, evitar el desperdicio de alimentos.
La noticia llega después de que el parlamento del país votase por unanimidad para aprobar la nueva ley tras la promesa de reducir a la mitad el desecho de alimentos para el año 2025, informa The Guardian. Según la nueva legislación, los supermercados tendrán que tomar medidas para evitar el desperdicio alimenticio y obligar a donar a la caridad cualquier alimento que ya no pueda ser consumido, pero que incluso también puede ser aprovechado para alimentar animales o como abono agrícola.
Un grupo de diputados franceses que elaboró dicha ley en verano del pasado año, ha señalado que esta ley está dirigida especialmente a grandes cadenas que por su sistema de logística y stock pueden organizar más fácilmente estas donaciones que los pequeños establecimientos.