El encuentro, celebrado bajo el título "Los residuos agrarios, una oportunidad ¿para quién?", tenía entre sus objetivos plantear que la gestión de dichos residuos es una oportunidad económica y de protección medioambiental sobre la que los participantes han reclamado co-responsabilidad de todos los actores de la cadena.
En España, Sigfito es la empresa que se encarga de la recogida y tratamiento de los envases fitosanitarios desde hace trece años; según sus últimos datos, los agricultores españoles reciclaron 3.786 toneladas de envases fitosanitarios en 2014, una cifra que supone el 57 por ciento del total de los que se han puesto en el mercado.
En el ejercicio pasado, efectuó 7.000 recogidas de envases en 3.537 puntos; en torno al 94 por ciento de los residuos -tanto de metal como o plástico se recicla- y el 6 por ciento se destina a obtener energía, por lo que se valoriza el 100 por ciento.
El director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), Valentín Almansa, ha enfatizado en su intervención en la importancia de la gestión integrada de plagas, que conlleva un uso sostenible de productos fitosanitarios.
Almansa ha defendido que la Administración central con "las comunidades autónomas y las organizaciones de productores" han hecho "una apuesta decidida por esta gestión integral, en la que ya funciona el modelo de Sigfito.
Se ha mostrado convencido de que si el sector presenta un modelo para el resto de residuos que se generan en el campo "la Administración lo acompañará sin problema", siempre y cuando "se tenga claro el modelo que se quiere instaurar".
Por su parte, el director general de Adivalor, Pierre de Lepinau, ha presentado el modelo de gestión francés de residuos agrícolas, que nació en 2001 y en el que, además de envases, ya se retiran plásticos, pesticidas obsoletos o cuerda de plástico.
De Lepinau ha señalado que ha supuesto grandes cambios y ha sido "complicado" para los agricultores, pues en cada granja hay hasta doce tipos de contenedores para que depositen sus residuos, por lo que "hay que ayudarles"
A su juicio, el éxito de esta gestión radica, precisamente, en que se trata de un modelo voluntario, en el que todos los implicados -industria, productores y fabricantes- participan para alcanzar el mismo objetivo.
Ha detallado que funciona hasta el punto de que ya se recoge el 86 % de los envases que se ponen en el mercado y se recicla entre el 93 y el 95 por ciento de las 60.000 toneladas de plástico que se recoge.
En el caso de las Cooperativas Agro-Alimentarias, su director, Eduardo Baamonde, ha destacado que ya existen 1.500 puntos de recogida de envases Sigfito y que su visión para el futuro es que "hay que trabajar en el reciclaje integral de los residuos en las explotaciones agrarias", pues "los problemas no se acaban con los fitosanitarios".
Ha abundado en que, en estos momentos, la "sobrereglamentación" europea en este sentido, en España "se multiplica por 17 comunidades autónomas", que son las que finalmente tienen las competencias para aplicar la legislación en el territorio.
En ese sentido, Aranzazu Bengoechea, de la consultora PWC España, ha abogado por la simplificación y la unificación de normas en este campo, pues mientras el caso de Sigfito ha sido "un éxito", en el resto de residuos quedan más interrogantes y cuestiones normativas por resolver.
Por ello, Bengoechea ha sugerido hacer una norma armónica en relación con todos los residuos con base a un acuerdo colectivo, tal y como ocurre en Francia.