Esta evolución tiene entre sus causas directas la tendencia creciente a la concentración de la oferta -Huelva, que tiene un ejemplo de asociacionismo en Freshuelva, contabiliza hasta 28 Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH) reconocidas-, clave para la comercialización y el poder negociador de las producciones.
A esto se suma la diversificación, con una reducción progresiva en los últimos años de la superficie de fresa, fijada hoy en 6.000 hectáreas frente a las 6.400 de la última campaña, a favor de un incremento de la de otros frutos rojos como el arándano (1.780 hectáreas en producción en la actualidad frente a las 1.380 del ejercicio pasado) o la frambuesa (2.130 hectáreas, 315 más que en el curso anterior).