En una charla en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Kong expuso el caso de plataformas privadas en internet que conectan a expertos de todo el mundo con otras personas como agricultores, agentes y consultores.
"Estas redes sociales sirven para compartir y resolver problemas", dijo el australiano, que abogó por invertir en tecnologías digitales por ser "baratas, influyentes y efectivas".
Según el modelo descrito, los usuarios en el terreno pueden emplear conexiones de banda ancha o satelitales, entre otras, y a través de aplicaciones móviles enviar datos a una nube virtual en forma de textos, imágenes, vídeos y audios.
Así solicitan información para afrontar una posible peste en su zona y se ponen en contacto con especialistas que les ofrecen su apoyo a distancia para controlar las enfermedades en las plantas.
Esos sistemas también permiten crear encuestas, mapas de datos y exportar información, mientras que hay otros especializados en bases de datos con miles de fotografías al detalle de los insectos que causan las plagas.
Terrence Walters, investigador del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, explicó que esas bases de datos sirven para conocer mejor la taxonomía de las especies y diagnosticar las enfermedades de forma más efectiva.
Especialistas de 182 países, de organizaciones internacionales y del sector privado se encuentran reunidos esta semana en la FAO para analizar la importancia de la sanidad vegetal para la seguridad alimentaria.
Cada año se comercializan a nivel internacional productos agrícolas por valor de 1,1 billones de dólares, de los que más del 80 % son alimentos.
La FAO estima que entre el 20 y el 40 % del rendimiento de las cosechas mundiales se reduce cada año por los daños causados por las plagas y enfermedades de las plantas.
Muchas de ellas se propagan a través de las fronteras con el transporte de mercancías y encuentran nuevos hábitats en los que reproducirse también por los efectos del cambio climático.