Latinoamérica

Experto peruano dice que patata crece a demasiada altura por cambio climático

La patata ha llegado a crecer en Perú a una altura récord de 4.500 metros debido al cambio climático, un límite que debería mantenerse o incluso bajar para garantizar la conservación del tubérculo, indicó a Efe en Roma el investigador peruano Alejandro Argumedo.

En el Parque de la Papa, un centro dedicado a la experimentación agrícola impulsado por varias comunidades locales en 1998 en la región de Cusco (Perú), la papa comenzó a cultivarse a un máximo de 3.800 metros de altura y actualmente llega a los 4.500 metros, según Argumedo, que trabaja en el lugar.

"Este recurso genético está expuesto a presiones climáticas tremendas", dijo el experto, en alusión a cómo el aumento de la temperatura ha hecho que la papa crezca cada vez en zonas más altas, lo que conlleva la degradación de los suelos.

Argumedo, director de la asociación ANDES y participante en una conferencia sobre semillas que se celebra esta semana en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sostuvo que en el Parque de la Papa los tubérculos ya han alcanzado la cumbre y no pueden seguir subiendo.

Frente a esa situación, reclamó mayores esfuerzos para que la altura máxima se mantenga en la franja actual del parque e incluso descienda con el fin de conservar esos recursos genéticos.

El científico señaló que están colaborando con instituciones como el Consorcio de Centros Internacionales de Investigación Agraria (CGIAR) o el Centro Internacional de la Papa (con sede en Lima).

Juntos tratan de caracterizar el material genético para "conocer mejor lo que tenemos" e investigar los procesos de adaptación que ayuden a mantener las patatas a menor altura, apuntó.

Argumedo se mostró a favor del mejoramiento genético de las distintas variedades teniendo en cuenta "los conocimientos y prácticas tradicionales", si bien reconoció que actualmente se invierte "muy poco" en este tipo de saber.

"Los sistemas de semillas tradicionales son críticos para mantener la diversidad genética en los centros de origen", por lo que necesitan apoyo y que las leyes nacionales los respeten, aseguró.

En el caso de la iniciativa cusqueña, el especialista destacó que, gracias al convenio con el Centro Internacional de la Papa, se han repatriado más de 400 variedades de patata que se habían perdido en la zona y actualmente albergan un total de casi 1.400, por lo que la diversidad se ha más que triplicado desde los inicios del parque.

Ahora el reto está -afirmó Argumedo- en manejar esos recursos, ya que "las comunidades no reciben ni un centavo del Gobierno ni de la comunidad internacional", a pesar de que están proporcionando nuevos genes que pueden "dar respuesta a desafíos globales".

El peruano consideró que, además, el Parque de la Papa ha llevado beneficios locales procedentes de sectores como el turismo y la investigación a dichas comunidades, cuyos agricultores han podido mejorar su formación y su manera de organizarse en un país que cuenta con unas 3.000 variedades nativas de ese nutritivo tubérculo.